El Estribo.
El estribo es algo tan importante en la montura como lo ha sido en la historia de la humanidad. Hasta el punto que hay una corriente de historiadores que le otorgan la creación del feudalismo en Europa. Esta hipótesis está basada en la ventaja que otorgaba el poseer estribos o no a la hora de guerrear, arte que en la Edad Media estaba pagado con tierras y de ahí el auge del feudalismo.
Los datos más antiguos sobre su creación son del siglo III, hallados en China. Se trata de unos apoyos para los pies fundidos en bronce, que podrían llamarse estribos propiamente dichos.
Interesante: El Estribo en la Historia
Autor: Gary Stix
Fuente: www.investigacionyciencia.es
El estribo vaquero
Este es de innegable ascendencia árabe. Sólo hay que ver una imagen de unos estribos árabes para llegar a esta conclusión.
Son muy similares en sus hechuras y concepto y muy distintos de los de otras culturas que se basan en un anillo en la mayoría de los casos.
Sobre estribos vaqueros, hace unos años había muy poco que decir, pero hoy en día es un debate frecuente. La eterna pelea entre los que defienden lo auténtico y los que defienden el peso. Seguramente si emulásemos a los jockeys de Turf y nos pesáramos con la montura, cosa innecesaria por otra parte, se resolverían muchas discusiones.
El primer aspecto que debemos contemplar es la seguridad. Sabiendo la grandísima diferencia de tener estribos o no tenerlos, según la disciplina que practiquemos exigiremos un nivel de prestaciones. El salto, raid o acoso son disciplinas donde es muy arriesgado perder un estribo en un momento dado. Es por esto que en Acoso y Derribo nos decantaremos siempre por un estribo de forja, pesado, compuesto de una chapa de 2,5 mm y unas patas gruesas de media caña que no erosionen la piel del caballo y que soporten una violenta caída.
Un punto débil del estribo vaquero es el puente, este soporta la carga del peso y la torsión.
Para ello es muy importante que presente un buen piquete por donde pasen con holgura unas buenas aciones gruesas de tres o cuatro vueltas.
De su unión con el puente y de su fuerza depende nuestra seguridad por eso los buenos trabajos de fragua conforman el puente partiendo de una sola pletina.
Esta pletina es cortada sacando dos brazos desde su eje, luego se forja al rojo girando los brazos para llegar a unirse quedando soldados y hechos una pieza.
La unión central es inseparable ya que es una sola pieza.
Todas estas premisas tienen su repercusión en la báscula que por fortuna favorece al jinete, ya que al estribo más pesado, si se pierde en la carrera, es muchísimo más fácil volver a estribar.
Diferentes Materiales pro y contra
Incluso sobre la terminación, material a emplear y forrado existen opciones. La tradicional de chapa negra de hierro y pavonado con aceite hemos pasado a la moda del acero inoxidable con pátina envejecida. La diferencia que hace decidirse al aficionado es la comodidad en la limpieza y mantenimiento del inox pero hay que saber que el acero inoxidable existe en muy distintas calidades, algunas más frágiles y otras más ductiles que el tradicional hierro.
Forja
La ventaja de forjar el hierro es que al llevarlo al rojo incandescente y batirlo con golpes flojos y repetitivos de martillo de bajo peso en la bigornia, alcanza una dureza impresionante.
Este proceso permite que con menor peso se pueda alcanzar una dureza, que no fragilidad, muy codiciadas para tal aparejo.
He tenido varios bocados antiguos forjados realmente, su ligereza y su finura de piernas es algo impensable en otro tipo de materiales que o bien no pueden batirse al rojo o bien necesitan tres veces más material para poder alcanzar las mismas prestaciones.
Forro
Respecto del forro podemos decir que la tendencia es forrarlos completamente, piquete incluido, al margen de ser bello evita manchas negras de óxido en los botos y las polainas.
Leo Zoreda