P984
Ese es el número de serie de la montura que trajeron hoy a reparar. Han sido 21 años bregando por ahí, muy bien cuidada por cierto. Me ha sacudido ver las diferencias con lo que hoy hago y espero que Dios me premie de la misma manera dentro de otros veinte, viendo como todo ha evolucionado.
Autodidacta y sufridor
Conviene empezar por recordar que soy autodidacta. En los dos primeros años de oficio nunca quise hacer monturas hasta verme bien instruido o autoformado más bien. Las monturas de los viejos guarnicioneros ya difuntos entonces, son las que me enseñaron. Ellas y dos cintas de Camarón De La Isla que compré en el bar de enfrente porque me llamó la atención una frase que le escuche en una entrevista que publicaron el día de su muerte «…para todo en la vida se es, o no se es gitano….».
Yo no soy gitano pero estaba dispuesto a intentar algo con arte.
El arte, mi perdición.
Mis arranques en hacer nuevas monturas tuvo que ser, (como muchos de mis contemporáneos), una imitación de las monturas de Armenta, el moderno, de Sayra Armenta más bien, por su facilidad y sencillez tanto de copiar como de hacer. Un armazón de hierro tapado con suela y la perilla y concha de maderas de baja calidad incluso perillas de aglomerado. Yo me esmeraba en dar calidad a un proyecto que de base no la admitía y eso me producía insatisfacción. Sabía que aquello no era de gran calidad, no era como las centenarias que yo reparaba. Esas de hierro y madera que yo hacía estaba seguro que no iban a sobrevivirme ninguna de ellas.
Anhelaba aprender a hacer de paja de centeno, pero por más veces que desmontaba y rehacía monturas antiguas no podía desvelar todos sus secretos, necesitaba un maestro pero eso si que era imposible, con tres niños irte un año a Jerez a aprender a la Escuela era impensable. Menos mal que no lo hice.
Arrancando con el centeno¡¡¡
Cuando ya hube reparado varias monturas antiguas, buenísimas, cuando pude desencriptar los misterios en ellas ocultos, cuando estas monturas acudieron a mí con la avería lo suficientemente profunda como para averiguar su interior, cuando me vi capaz de desmontar y volver a montar algunas perdiendo semanas de trabajo y sin que el cliente se enterase….. para averiguar………entonces me decidí a hacer mi primera de paja: Antonio Andrea, concursista de Vaquera y Garrochista.
El año siguiente,Luis BLanco, un tratante de Valladolid. Después éste pidió otra más.
Despues Chechu, un domador y después la protagonista de esta historia a un cliente de nombre Alberto. Mi quinta montura empajada. Después quinientos más. Con la concha pequeña y la perilla grande como se llevaba entonces aunque ya quería yo hacer las conchas más grandes, pero sin perder la inspiración estética de Armenta.
La empecé en Septiembre de 1998 y la entregué el 15 de Noviembre de ese mismo año.
Entremedias algún que otro baste o zalea para ir comiendo.
Anecdotario
La encañadura luce la Bandera de España.
No por capricho.
Buscaba yo una buena lona para la encañadura que le diera a mis monturas mucha resistencia, por aquello de no abusar de la paja y por no sobrecargarlas de peso.
Andaba yo entonces, «hablándole» a una niña que trabajaba en Correos y ella me regaló una de las sacas donde recibían su trabajo.
Estaba usada pero íntegra y me gustó mucho por tener un tejido especialmente resistente.
La guardé para un gran ocasión y para esta montura la utilicé.
Siempre supe que esta montura sería el arranque de lo que llegaría a ser la marca Zoreda el día de mañana,(aunque no sabía que iba a tardar tanto, je je), y empleé todos mis conocimientos, habilidades y paciencia, amén de mi lona «especial».

El hierrito «Z» que figura en rozaderos y en la estribera está hecho con un cuño de Cobre, lo hice con trozos de tubería de fontanería soldando con 20% plata.
Todos los troqueles para cortar y grabar el rozadero los tuve que hacer yo mismo con ingenio y paciencia infinita.
Costuras
El cosido está hecho con hilo de hacer reteles para pescar cangrejos que yo compraba en Palencia, no había otra cosa a mano.
Era difícil de manejar pero el resultado excelente y hoy parece recién cosido.
La trazada del cosido de la estribera está motivada en que Alberto (el primer dueño) también encargó un cabezón de cuadra y le hice la misma costura con el mismo hilo. Me gusta que mis monturas «cuenten una historia»
Cuando retiré el baste y ví una especie de dedicatoria a Alberto… emocionarme era inevitable, más que emoción…ternura de recordar aquel muchacho 21 años atrás entregando el alma a su oficio.
«No imaginas amigo, lo que una montura puede encerrar en sus entrañas.»
De aquellas pajas esta montura.
Hasta la paja tiene historia…yo había gastado los pocos haces que pude conseguir en el campo.
Conseguir buen centeno, alto, que no esté demasiado seco al segarlo y que el agricultor te de permiso…era muy dificil.
Un día visitando a mi cliente y gran amigo Florencio Arandilla me dijo que él tenía unos haces en la finca porque antaño en las matanzas chamuscaban los cochinos con paja de centeno y que ya no los necesitaría para nada, que si los quería estaban a mi disposición.
Inmediatamente le cogí la palabra y aprovechando que fui a llevarle unos trabajos tumbé los asientos y me traje toda la paja, unos ocho haces.
A decir de Floren, tenían más de diez años y era perfecta, un poco cortita pero para estas monturas era fenomenal.
Los botones blancos también tienen historia…
Durante 20 años estuve yendo regularmente a comprar el cuero en persona, a escoger uno a uno y buscar lo mejor, nunca el precio.
Estando comprando cueros en Villarramiel veo en un rincón de la curtiduría de los Hermanos Agüera unas pieles húmedas en blanco dentro de una bolsa.
-¿Esas pieles?
-Son para tirar, se han pinzado(*).
-¿Me las das?
-Anda claro¡¡¡ son para tirar…
Estuve años sacando las porciones con que se cose la caballería al armazón
→vídeo aquí
Las anillas también son hechas por mí a mano. No había donde comprarlas.
Y el pellejo?
El pellejo…je je je…vaya historia¡¡¡¡ Tenía yo una buena amistad con Rafa «El Visera» el Mayoral de la Ganadería Raso de Portillo. Esta ganadería conviene decir que es la primera ganadería de España siendo propietario Presencio y la primera en registrarse como ganadería de Toros de Lidia, llegando incluso a ser encaste.
Después de muchas solicitudes por mi parte, terminado un tentadero en «El Raso» se presenta «El Visera» con un saco de pienso con la piel de un utrero cárdeno.
Por estar fresca y sin sal había que ponerse manos a la obra porque perder unas horas puede suponer que se pudra y solo sirva de abono para el campo.
Pasé toda la tarde con una media luna «escarnando» (quitando restos adiposos y de carne adherida), el olor era fortísimo por ser ganado de lidia pero a la vista era una carne de primera clase que sirvió de banquete a mi amigo Cooper, un rottweiler que aún llevo en mi corazón, mi mejor amigo canino.
Pues a pesar del frío y de estar a punto de llover la estiré en el suelo del patio y vertiendo cal viva encima me dispuse a esperar que hiciera su función y se quitara el pelo.
Comenzó a llover muy fuerte, al estilo Valladolid. La cal se la llevaba el agua y yo de rodillas encima de la piel raspando para arrancar el pelo que iba rindiéndose a la cal.
Que momento¡¡¡, lo recuerdo como si fuera ayer, era mi primer pellejo, hoy, veinte años después las cosas han cambiado tanto que solo tienes que llamar y Seur te los trae preparados totalmente, pero no es lo mismo, ni parecido siquiera. De hecho he vuelto a hacerlos yo mismo pero ahora ya conozco la mejor técnica para depilarlos perfectamente.
No hay fotos
Sólo tengo las fotos de la montura anterior, la P983, en sus tres fases.
En esos años los móviles no hacían fotos y pesaban 6 kilos¡¡¡
Tuve que llevarla a un estudio fotográfico.
Allí casualmente terminé poniendo mi taller, años más tarde, exactamente en ese mismo metro cuadrado.
Una de cuatro, cuatro de cuatrocientas…
Otra peculiaridad más es sus defensas traseras fijas. Sólo en cuatro casos lo hice, en la anterior a esta, en una que hice para Agustín de Zamora pero terminó comprándola un buen amigo de Sevilla y otra de Gibraleón de otro cliente.
Sólo existen cuatro monturas Zoreda con ese detalle tan útil para evitar caídas y recoger la pierna.
Discúlpeme el lector este momento de emoción y recuerdo que no me he resistido a plasmar aquí, imagino que para muchos de mis amigos-clientes será algo cercano y algunos de ellos lo han vivido en primera persona.
*Pinzado es un defecto por putrefacción que hace dividirse a la flor pero para botones no tiene importancia.
Puedes ver un vídeo de la montura terminada y las explicaciones del proceso aquí