Los Moteados en sus distintas modalidades, su origen y su función
EL MOTEADO
Contrariamente a lo que se supone el moteado es una de las terminaciones más antiguas que se han aplicado a la montura vaquera desde sus inicios.
La razón de ser del moteado no es cosmética como pudiera llegar a pensarse, sino que muy al contrario es un pespunte en correa de cuero para el refuerzo del empajado de la concha y perilla.
Por ser nuestra montura una herramienta para la brega que ha de sufrir todo tipo de accidentes y arreones, nuestros predecesores además de empellejarla para darle elasticidad y robustez, idearon la forma de bastear (comprimir) la paja de centeno.
Si algo que parece tan liviano como una simple brizna de bálago (paja de centeno seca) es capaz de alcanzar tanta dureza y resistencia, es debido a la unión de muchas de estas pajas en un espacio reducido y debido a la presión contenida se convierte en un elemento prácticamente sólido pero a la vez flexible y moldeable.
No quiero volver a destacar las grandes virtudes de este pintoresco material, que sólo en nuestro país se utiliza para hacer monturas, ya que por todos los aficionados son sobradamente conocidas su durabilidad, su comodidad para el binomio, su capacidad de amoldarse a ambos y su elegancia vaquera indiscutible.
Al igual que los guarnicioneros basteamos los cañones de la caballería atravesando con un cáñamo fuerte todas las capas de lona y paja con el objeto de comprimirla y aumentar así la presión; la misma técnica se empleaba en la concha y la perilla. Para este fin y con objeto de darle cierto toque de distinción se utilizaba en unos casos una agujeta de un milímetro que atraviesa toda la concha comprimiendo el cuero, el pellejo, la paja y el pellejo de nuevo.
Esto da una solidez al trabajo impresionante.
En otros casos se hacía con un hilo resistente y en cada puntada se pasaba una porción de seda natural, carísima por cierto, de ahí que se considere a las monturas moteadas en seda un aparejo de gala dado que no muchos podían pagar su alto precio.
En la descripción de ambos moteados escribo en tiempo pasado, porque hoy en día ni el moteado a correa atraviesa toda la paja de la concha y perilla.
Ni en el caso del moteado en seda se trata de este carísimo material sino que es sustituído por el rayón, material éste sintético idéntico al utilizado en los mosqueros mal llamados de seda.
Los guarnicioneros hemos dejado perder estas técnicas debido a que en un caso es un trabajo muy laborioso que ocupa muchas horas y mucha concentración como es el caso del moteado a correa.
Para ello hay que prepararse leznas y agujas especiales y tener mucha precisión al calar la agujeta de cuero; seguidamente hay que repasar varias veces cada una de las 500 o 600 motas con un botador hasta encontrar la perfección.
Para mayor relieve tendremos que insertar una pequeña porción de cuero dentro de cada puntada lo que ralentiza este trabajo que solo en la operación de motear puede alargarse diez días.
Podrás verme moteando en vídeo Pinchando aquí ⇒Moteado
De hecho en ya solo hay monturas moteadas.
No hago monturas rayadas.
Creo que después de tanto trabajo, precisión y meticulosidad.
Después de tanto mimo y diseño es una verdadera pena dejar una montura inacabada, es por esto que siempre las moteo.
Hoy por hoy la inmensa mayoría de las monturas van moteadas solo en el cuero visto y luego se monta encima del casco.
Es un acabado que exteriormente es similar pero sólo cumple una función decorativa y no la de aumentar la resistencia del casco.
Y además solo hago moteado atravesado, del antiguo de siempre por la misma razón, el colofón que merece una montura de las que yo hago es como poco ese moteado integral.
También los hago en seda
Del moteado en seda podemos hablar en tiempo pasado también, ya que en España es dificilísimo encontrar seda natural, seda de la que cociendo capullos del gusano de seda proceden a extraer e hilar las fibras de seda. Es tan difícil esta técnica que hace siglos la seda fue moneda de cambio y material de alto valor de cambio. En la actualidad el sustituto utilizado es el rayón, un material procedente del petróleo similar al nylon con el que nos servimos para hacer mosqueros y motear monturas con un acabado similar pero que no tiene las virtudes de la resistencia y brillo natural de la seda auténtica.
La seda natural sigue siendo carísima pero su presencia en una buena concha de paja se distingue de todas las demás.
En Zoreda se hacen moteados en seda natural.
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La importo de Alejandría, Egipto y lo cierto es que es otra dimensión.
La durabilidad, el tacto, el brillo….merece la pena pagar mucho más que por el barato rayón.
Y el valor añadido de tener algo auténtico, la diferencia es como tener una cartera de cocodrilo o que sea una imitación.
Lo mismo no es.
Otros acabados que nacieron el siglo pasado son calados y agujeteados en piel de gato, al estilo zahonero, que según a que público le parecen bellos y que son terminaciones meramente estéticas y festeras.
Esto no aporta nada a la verdadera esencia del aparejo vaquero, a resistir a toda clase de fatiga y accidentes.
Se han visto todo tipo de creaciones para decorar conchas y perillas como repujados y costuras con hilo que a mi entender son anti-vaquero, ya que el más mínimo rozón arruinaría el trabajo y por tanto son incompatibles con el campo y su trabajo duro.
Hagamos por recuperar lo realmente antiguo, lo auténtico, lo que de verdad merece la pena que dejemos como herencia cultural a la siguiente generación, nosotros somos los responsables de esto.
Espero que este artículo sea de tu agrado, si tienes alguna duda o sugerencia te ruego me escribas pinchando → aquí
Leo Zoreda
www.zoreda.es